Líbano
Hablar de Líbano es hablar de un pequeño territorio en el que es posible pasar de playas de aguas cristalinas a montañas nevadas en cuestión de minutos. Codiciado por grandes civilizaciones civilizaciones a lo largo de la historia, por sus tierras pasaron fenicios, egipcios, asirios, babilonios, persas, griegos, romanos, bizantinos, árabes, cruzados, mamelucos, otomanos y franceses, dejando todos su huella en la cultura, la arquitectura y la identidad del país.
Hoy, esos vestigios siguen contando historias de dioses y emperadores, y en su geografía se salpican puertos que dieron nombre a la misma Biblia, pueblos que pudieran ser los más antiguos del mundo aún habitados, y templos en los que se postraban romanos llegados de todos los confines del Imperio.
El Líbano contemporáneo es hogar de un pueblo multiétnico y de enorme pluralidad religiosa, por lo que no es raro encontrarse en una misma calle con musulmanes sunitas, chiitas, cristianos maronitas, asirios, drusos o armenios.
Su rica gastronomía –probablemente el activo más exportado fuera de sus fronteras– es el orgullo de un país merecidamente conocido como «la perla de Medio Oriente» y que, a pesar de haber sufrido episodios convulsos en su historia reciente, sigue brillando con una resiliencia y belleza que cautivan a quien lo visita.